La manifestación de este 13 de octubre en Madrid por el derecho a la vivienda tiene un objetivo claro: hacer frente a la burbuja inmobiliaria que ha disparado los precios de los alquileres y ha hecho que acceder a una vivienda digna sea casi imposible para muchos madrileños. Esta movilización, organizada por más de 30 colectivos sociales, como el Sindicato de Inquilinas y la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca (PAH), exige medidas inmediatas para frenar la especulación y reducir drásticamente los precios de los alquileres, que han subido de manera insostenible.
La manifestación se desarrolla bajo el lema «La vivienda es un derecho, no un negocio», y está impulsada por el hartazgo ante un sistema que privilegia a los fondos buitre, inmobiliarias y grandes propietarios, mientras miles de personas luchan por llegar a fin de mes. La protesta no solo busca poner fin a los abusos del alquiler, sino que también apunta a un cambio estructural que permita «pinchar» la burbuja inmobiliaria actual.
Esta manifestación es una oportunidad clave para alzar la voz contra la crisis de vivienda que afecta a miles de personas. La precariedad en el acceso a una vivienda digna no solo es un problema económico, sino también social, y afecta principalmente a la clase trabajadora y a los jóvenes. Este movimiento exige un cambio profundo en el sistema que ha permitido que los alquileres aumenten de manera insostenible, beneficiando a grandes propietarios y fondos buitre. Participar en la manifestación del 13 de octubre y estar unidos en nuestras reclamaciones es esencial para demostrar que la ciudadanía no aceptará más abusos, y que la vivienda debe ser tratada como el derecho humano que es, no como una mercancía.
Recordemos:
El artículo 47 de la Constitución Española dice así:
Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.
Sumarse a esta movilización es también una manera de abogar por un cambio estructural que beneficie a las generaciones actuales y futuras. Solo mediante la presión popular, como la manifestación del 13 de octubre, será posible lograr que se tomen medidas reales para frenar la especulación inmobiliaria. Es fundamental que cada vez más personas se unan a este tipo de acciones, ya que solo de esta manera podremos pinchar la burbuja inmobiliaria y avanzar hacia un modelo de vivienda más justo y accesible para todos.
Fuentes: